0%


Logros y Acciones

Según un estudio realizado por la Universidad de Chile, la Universidad de Carolina del Norte y la Universidad de Auckland, publicado en PLoS Medicine en julio de 2020, la cantidad de productos y bebidas con alto porcentaje de azúcar y/o sodio disminuyó significativamente después de la implementación de la Ley de Etiquetado y Publicidad de Alimentos de Chile. Los resultados de la investigación sugieren que el paquete integral de Políticas aprobadas reduce la exposición que tienen los chilenos a productos con altos niveles de nutrientes críticos.

De acuerdo con el informe, a partir de la implementación de la Ley, la proporción de productos altos en nutrientes críticos disminuyó del 51% al 44%. Adicionalmente, se encontró que la cantidad de azúcar y sodio en los productos se redujo por debajo de los niveles establecidos en la ley, lo que significa que los fabricantes utilizaron la ley como punto de referencia para garantizar que sus productos no fueran rotulados con los sellos de advertencia.

Para el caso de los productos altos en azúcar como bebidas, leche y bebidas a base de leche, cereales para el desayuno, productos horneados dulces y productos para untar dulces y salados, la proporción pasó de 80% a 60%. Por su parte, los productos altos en sodio como comidas listas para comer, productos para untar salados, sopas y salchichas pasó de 74% a 27%.

El estudio demostró la efectividad de las políticas alimentarias integrales para lograr cambios en los entornos alimentarios y reducir el número de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas disponibles en el mercado, especialmente los que tienen altos niveles de azúcar y sodio. Estos hallazgos se suman a informes anteriores que indican disminuciones importantes en los anuncios de televisión de alimentos etiquetados y en la disponibilidad de esos alimentos en las tiendas escolares.

Adicionalmente, un estudio también publicado recientemente en México resaltó que los sellos frontales de advertencia en los productos ultraprocesados con exceso de azúcar, sodio o grasas saturadas podrían prevenir 1.3 millones de nuevos casos de obesidad lo cual le ahorraría a ese país gastos por aproximadamente US $ 1.8 mil millones en costos relacionados con la obesidad en un período de cinco años. Esto incluye una estimación de US $ 1.100 millones ahorrados en costos de atención médica y US $ 742 millones ahorrados en costos indirectos, como la incapacidad para trabajar, los gastos del cuidador y la muerte prematura.

La experiencia mexicana demuestra que esta política de etiquetado frontal de advertencia sumada al impuesto a las bebidas azucaradas son una estrategia efectiva para reducir el consumo de estos productos disminuyendo el riesgo de contraer obesidad y enfermedades no transmisibles como la diabetes y la hipertensión.

En el caso de Colombia, donde según la Encuesta de Salud Nutricional 2015, 1 de cada 4 escolares entre 5 y 12 años tiene obesidad y la mitad de los adultos afrontan esta situación, es urgente que el Estado implemente estas medidas que buscan mejorar los hábitos alimentarios y de esta forma mitigar el daño que causa el consumo habitual de estos productos.

Así mismo, en estos momentos de emergencia por COVID19, donde se están entregando donaciones a niñas, niños y adolescentes, se hace aun más perentorio contar con estas medidas que facilitarían identificar si los productos que están recibiendo las poblaciones vulnerables son apropiados para su crecimiento y desarrollo. Más aun cuando la evidencia científica nos muestra que, como resultado de la mala alimentación, las enfermedades crónicas no transmisibles, son factores que ponen en mayor riesgo las condiciones clínicas de los pacientes que contraen esta enfermedad.

En palabras de Carolina Piñeros: Sin lugar a duda contar con los sellos al frente de los empaques sería de gran ayuda en Colombia, por una parte le haría menos creíble la publicidad engañosa de los productos no saludables, haríamos mejores elecciones y a esas marcas les quedaría más difícil mostrarse como los héroes en la Pandemia.

Implementación de estas políticas en Chile y México

En junio de 2016, Chile implementó la Ley de Etiquetado y Publicidad de Alimentos, un paquete que incluía no solo la reglamentación de sellos frontales de advertencia en el frente de los paquetes de productos ultraprocesados, sino también la regulación de la publicidad de estos productos dirigida a niñas, niños y adolescentes y la promoción de entornos escolares saludables donde se prohíbe la venta y oferta de estos productos.

Para el caso del país azteca, en 2014 se implementó el impuesto a las bebidas azucaras el cual ha reducido el consumo de estas bebidas, evitando aproximadamente 240.000 casos de obesidad. A finales de 2019, se aprobó la reglamentación de los sellos frontales de advertencia en los productos ultraprocesados con exceso de los nutrientes críticos como calorías, azúcares, grasas, grasas trans o sodio.

Un estudio recién publicado encontró que el contenido nutricional de los comestibles y bebidas disponibles en Colombia siguen siendo alto en nutrientes críticos comparando el año 2016 con el 2018. El estudio analizó 36 bebidas y 102 comestibles dentro de los más vendidos en Bogotá y determinó que, según el Modelo de perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), todas las bebidas evaluadas tendrían al menos un sello de advertencia.

 

Otro hallazgo importante es que los niveles de edulcorantes no calóricos (ENC) en las bebidas han aumentado significativamente. La explicación es que estos productos han sido reformulados, reemplazando los azúcares por edulcorantes no calóricos; de acuerdo con los análisis, la media del contenido de azúcares de las bebidas disminuyó de 9 gramos por 100 ml a 5 gramos por 100 ml, lo que corresponde al aumento de casi el doble de la proporción de bebidas que contienen edulcorantes no calóricos, pasando del 33% al 64%. Esto implica la necesidad de advertir la presencia de edulcorantes no calóricos, para evitar su consumo por menores de 18 años, mujeres gestantes y lactantes. En el caso de los comestibles ofertados en el 2018, el 90% de los productos evaluados tendrían un sello de advertencia.

 

Por otra parte, los niveles de nutrientes críticos (azúcar, sodio o grasas saturadas) se mantuvieron en niveles similares en el periodo evaluado. Tampoco se observó ningún cambio significativo en la cantidad de calorías que contienen (la media de calorías por 100 g en 2016 osciló entre 270 en 2016 y 274 en 2018), ni en los niveles de sodio y grasas saturadas en estos comestibles y bebidas.

 

Estos resultados reafirman la importancia de la aprobación del Proyecto de Ley Comida Chatarra y la Ley Escuela Saludable que actualmente cursan en el Congreso de la República y que buscan promover los sellos frontales de advertencia (octágonos negros) en el frente de los empaques de los productos ultraprocesados y que en los entornos escolares se prohíba la publicidad y oferta de productos con exceso de azúcar, sodio y grasas saturadas (incluidas prioritariamente las bebidas azucaradas: gaseosas, tés, jugos de caja, etc.). Así mismo, se destaca la necesidad de contar con una política de impuestos a las bebidas endulzadas, que desestimule su consumo habitual, de manera especial por las poblaciones más vulnerables. Estas medidas, sumadas a otras recomendadas, buscan promover el consumo de agua y de alimentos no procesados o mínimamente procesados, reduciendo los riesgos de padecer en el futuro obesidad, diabetes e hipertensión.

 

Para Mercedes Mora y Luis Fernando Gómez, profesores de la Universidad Nacional de Colombia y de la Universidad Javeriana, los resultados de este estudio destacan la urgencia de implementar acciones políticas como la implementación de un etiquetado de advertencias, la restricción de la publicidad de comestibles ultra-procesados, la regulación de entornos alimentarios e impuestos saludables. Estas iniciativas deben ser complementadas con acciones que incrementen la producción y oferta de alimentos no procesados.

 

Para Carolina Piñeros Ospina, directora Ejecutiva de Red PaPaz, las barreras que imponen los intereses particulares en Colombia para que se adopten las medidas recomendadas por la salud pública han sido infranqueables, por lo que debemos seguir movilizándonos para exigir nuestro derecho al bienestar de las generaciones futuras. La desidia de los tomadores de decisiones públicas se está pagando con el dolor de nuestras familias, nos hemos visto obligados a cuidar y atender enfermedades no transmisibles, a edades cada vez más tempranas. Nos urge la #LeyComidaChatarra, la #LeyEscuelaSaludable y el #ImpuestoSaludableYa a la #VillanaBebidaAzucarada.

 

Sobre el estudio

Estos resultados provienen del estudio “Reformulación de comestibles y bebibles en Colombia” elaborado por investigadores de la Universidad de Carolina del Norte, la Universidad Nacional de Colombia y la Pontificia Universidad Javeriana, publicado recientemente en la revista Nutrients en octubre 2020, disponible aquí

 

Anoche, después de que la subcomisión creada para analizar y debatir las proposiciones sobre el informe de ponencia para segundo debate del PL 167 de 2019 (#LeyComidaChatarra), el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinComercio) envió nuevamente un concepto al órgano legislativo con el que pretende bloquear decisiones urgentes en salud pública, para proteger los intereses de la industria. Esta comunicación dice que no es necesaria una Ley, que con su expedición se estarían poniendo en peligro varios acuerdos comerciales y que le preocupa que con su promulgación se obstaculice o restrinja el comercio. Estos argumentos son falsos.

 

El Congreso de la República tiene potestad de legislar lo necesario en materia de salud pública. En ningún país del mundo el etiquetado frontal de advertencia ha sido un obstáculo para cumplir las obligaciones de comercio exterior. Además, el Gobierno Nacional ya adelantó un Análisis de Impacto Normativo que concluyó que el etiquetado frontal de advertencia es necesario que se adopte mediante una norma para proteger la salud de la población. La adopción de esta medida se hace con fundamento en la prevalencia de los derechos fundamentales sobre las disposiciones de comercio exterior.

 

Tenemos certeza de que la actuación del Gobierno Nacional por medio de este concepto se produce en cumplimiento del “Pacto para el crecimiento del sector alimentos procesados” suscrito el 5 de agosto de 2019 por el Gobierno Nacional y la ANDI, Asocaña, Asograsas. En este Pacto se dice que los proyectos de ley que buscan adoptar el etiquetado frontal de advertencia son un “cuello de botella”. Indigna que concepto sobre una regulación reclamada por la sociedad civil para proteger la salud de niñas, niños y adolescentes, sea dado por el MinComercio, mientras que el Ministerio de Salud y Protección Social guarda absoluto silencio.

Hacemos un llamado a los Congresistas, a los medios de comunicación y a los ciudadanos para que no permitamos este atentado contra la salud pública. El etiquetado frontal de advertencia previsto en la #LeyComidaChatarra es una medida recomendada por organismos internacionales, que ha mostrado ser eficiente en el mundo para mitigar el nocivo impacto de la #ComidaChatarra en nuestras dietas, especialmente en la población menor de 18 años, en las personas más pobres y vulnerables de nuestra sociedad. Por este motivo, denunciamos y rechazamos la maniobra del Gobierno Nacional a través del MinComercio para favorecer a la industria de la #ComidaChatarra.

 

Carolina Piñeros
Directora Ejecutiva de Red PaPaz
@caropineros @RedPaPaz

 

 

Un estudio recién publicado muestra cómo los colombianos, mediante los sellos frontales de advertencia en el frente de los empaques, pueden percibir fácilmente cuáles productos comestibles y bebidas son menos saludables. El 49% de los participantes afirmó que los sellos frontales octagonales los disuadía de consumir productos ultraprocesados que tienen exceso de nutrientes nocivos para la salud, comparados con el 27% que escogieron los sellos triangulares y el 21% los circulares; además el sello de advertencia octagonal fue el que más les gusto a los colombianos y en el que más creyeron.

El estudio mostró que, al momento de elegir entre dos bebidas de frutas, el 84% de los participantes consideró que la bebida que tenía un sello de advertencia octagonal era la que tenía mayor cantidad de azúcar, comparado el 32% que estuvo expuesto a los productos que tenían código de barras (A. Control).

 

Por otra parte, los sellos de advertencia tuvieron un desempeño similar entre los participantes de educación baja (básica secundaria o menor) y alta (nivel universitario o superior), lo que demuestra que los sellos de advertencia podrían tener un impacto positivo y equitativo en la toma de decisiones de compra, independientemente del nivel educativo.

Otro hallazgo importante es que la presencia de los sellos de advertencia en el frente del empaque desanima más a los colombianos a comprar estos productos, encontrando que cerca del 22% de los participantes compraría los productos menos saludables con el sello de advertencia, en comparación con el 54% que reportaron que los comprarían cuando vieron el código de barras (control).

Este estudio realizado de manera virtual en 2.000 adultos que observaron productos simulados del mercado con tres tipos de sellos: octágono, círculo, triángulo y el código de barras (este último de control), estableció cómo mediante estos sellos, los colombianos pueden percibir fácilmente cuáles productos comestibles y bebidas son menos saludables.

Los resultados de este estudio respaldan las acciones que vienen adelantando académicos y organizaciones de la sociedad civil a favor de la reglamentación de un etiquetado frontal que advierta cuando un producto tiene exceso de azúcar, sodio o grasas saturadas.

Hoy 16 de octubre, en el marco del Día Mundial de la Alimentación 2020 se resalta la importancia de contar con sellos frontales de advertencia como un mecanismo para promover mejores prácticas de alimentación encaminadas a disminuir los altos niveles de obesidad y sobrepeso que se registran en Colombia, donde 1 de cada 4 escolares entre 5 y 12 años tiene sobrepeso u obesidad y el 56,4% de los adultos afrontan esta situación (ENSIN 2015), haciendo inaplazable que el Estado implemente medidas que busquen mejorar los hábitos alimentarios y así mitigar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

Este tipo de políticas ya se están implementando en Chile, Perú, México y Uruguay, logrando una reducción en el consumo de productos ultraprocesados con exceso de nutrientes críticos. Según un estudio reciente en Chile, la cantidad de productos y bebidas con alto porcentaje de nutrientes críticos disminuyó del 51% al 44% después de la implementación de la Ley de Etiquetado y Publicidad de Alimentos.

La conmemoración de este día, bajo el lema “Cultivar, nutrir, preservar. Juntos” hace un llamado a que los Estados pongan en marcha programas que garanticen el acceso de alimentos saludables y verdaderos a toda la población, especialmente los que se ven afectados por la crisis de la emergencia del COVID 19.

Para los investigadores, “Los encargados de la formulación de políticas en Colombia deberían considerar la advertencia del octágono como parte de una política de etiquetado en el frente del envase para ayudar a los consumidores a identificar y reducir el consumo de alimentos y bebidas con alto contenido de nutrientes preocupantes.”

Por su parte, Luis Fernando Gómez, profesor de la Universidad Javeriana, los resultados de este estudio son consistentes con otras investigaciones llevadas a cabo en América Latina, que muestran la efectividad de los sellos de advertencia. Para que esta intervención genere un mayor impacto, debe estar vinculada con otras acciones políticas como la restricción de publicidad y promoción de comestibles ultra-procesados, la regulación de entornos alimentarios y la implementación de un impuesto a las bebidas azucaradas.

Mercedes Mora, también coautora en esta investigación, y profesora de la Universidad Nacional y de la Universidad Javeriana, considera que este estudio demuestra que los sellos octagonales de advertencia en el frente de los empaques son claros y comprensibles para la población colombiana y ayudarían a promover una alimentación mas saludable sumado al consumo de alimentos naturales los cuales son saludables y nunca llevarían un sello de advertencia.

Para Carolina Pineros Ospina, directora Ejecutiva de Red PaPaz, este estudio es un respaldo invaluable para la #LeyComidaChatarra y que los colombianos tengamos estos sellos octagonales al frente de los empaques que nos adviertan cuando los productos ultraprocesados tienen exceso de azúcar, socio o grasas saturadas.

22
0
image
https://www.redpapaz.org/wp-content/themes/blake/
https://www.redpapaz.org//
#50CCB3
style1
paged
Loading posts...
/opt/bitnami/wordpress/
#
on
none
loading
#
Sort Gallery
https://www.redpapaz.org/wp-content/themes/blake
on
yes
yes
off
Escribe tu dirección de correo
on
off