Desde el inicio de la pandemia provocada por el COVID-19, hemos expresado nuestra preocupación por la profundización y ampliación de las brechas evidenciadas por las precarias realidades para muchas niñas, niños y adolescentes. De igual manera, UNICEF, Banco Mundial, BID, Alianza por la Niñez Colombiana, entre muchos otros, continúan señalando las graves situaciones para la niñez y la adolescencia en lo que se refiere a inseguridad alimentaria y vacunación, maltrato infantil, explotación sexual y trabajo infantil, reclutamiento por grupos armados ilegales, consecuencias en el estado emocional y la salud en general, pérdidas educativas y deserción escolar, riesgos en el entorno digital y una mayor inequidad para quienes están en la ruralidad o tienen alguna condición (discapacidad, migración, pobreza, etc.).
Ante esta realidad, la tarea más importante que podemos acometer será dedicarnos a cerrar brechas. No hay tiempo que perder; el tiempo para la niñez, especialmente en la primera infancia, es irrecuperable. Uno de los retos que tenemos es devolver a niñas y niños sus espacios de recreo y merienda, sus amigos y profesores y sus juegos y aprendizajes compartidos. No estamos dimensionando la importancia del colegio, ni del Centro de Desarrollo Infantil para aquellas personas menores de 18 años que crecen en las carencias y la vulnerabilidad. Estos son espacios de protección, de seguridad, la única posibilidad que muchos de nuestras niñas y niños tienen para la garantía de su derecho a la alimentación, a la educación, a la salud y, en muchos casos, también a un trato amoroso.
Muchas voces expertas, como las del Médico Jorge Eslava Cobos del Instituto Colombiano de Neurociencias, de la Sociedad Colombiana de Pediatría (Marcela Fama, Médica Pediatra, Presidente de la Sociedad Colombiana de Pediatría y Claudia Beltrán, pediatra especialista en enfermedades infecciosas), la de María Belén García, Doctora en psicología clínica y docente de psicología de la Universidad de La Sabana, la de María Elisa Korgi, Directora ejecutiva de la fundación El Caracolí, la de Maritza Diaz Barón es directora del Centro de Expresión Artística Mafalda y la del Médico Germán Camacho Moreno de la Asociación Colombiana de Infectología, sumado a la evidencia del Instituto Nacional de Salud de Colombia, las niñas y niños de entre 0 y 9 años representan apenas el 3.16% del total de contagios en Colombia [1]. Esto indica que los colegios, los jardines y los centros de desarrollo infantil no son los sitios de mayor contagio, ni las niñas y los niños los más vulnerables ante el virus.
Por esto, para una organización cuyo propósito es abogar por la efectiva protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, no se puede quedar de brazos cruzados en esta coyuntura. Por esto nos unimos a la Campaña #LaEducaciónPresencialEsVital. Día a día explicamos a nuestra red la importancia de trabajar para recuperar de manera segura todos los entornos escolares. Adicionalmente, hemos interpuesto una tutela para que el Gobierno Nacional, en cabeza del ICBF, MEN, Secretaría de Educación de Bogotá y de Cundinamarca, abra la atención presencial para las niñas, niños y adolescentes y para que se defina el servicio que se presta a la primera infancia como un servicio esencial, que nunca debe dejar de prestarse de manera presencial, especialmente, para aquellas familias con mayores carencias. Este amparo fue negado en primera instancia el viernes 26 de marzo de 2021. Estaremos apelando ante la Juez, no puede ser que se le nieguen a niñas y niños sus derechos fundamentales a la salud, educación, alimentación, etc…
Bienvenidos sus comentarios a ideas, lo invitamos a sumarse a #LaEducaciónPresencialEsVital y a decir #ExijoElDerechoAlRecreoYA firmando acá y compartiendo esta petición
Referencias
[1] Módulo de datos Covid-2019 en Colombia [Internet]. Instituto Nacional de Salud. 2021 [24 marzo 2021]. Disponible en: https://www.ins.gov.co/Direcciones/ONS/modelos-covid-19
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