El motor que impulsa nuestro quehacer diario son las niñas, niños y adolescentes. Los adultos estamos llamados a cuidarlos, protegerlos y a favorecer su desarrollo integral. Cuando este propósito lo comparten las familias y el colegio, logramos transformar nuestros entornos. En este camino de lograr ese propósito y el trabajo en llave entre familias y colegio es la alianza familia-colegio.
El rol que cada una de las partes tiene en la alianza familia – colegio es fundamental, los directivos tienen un papel primordial en generar espacios de participación donde todos los tipos de familias y docentes tengan cabida. Madres y padres deben cocrear con los docentes, monitorear y ser modelos para sus hijos, pero también abogar por políticas escolares donde todos tengan participación. Los directivos deben honrar los saberes de las familias y generar una cultura de participación genuina donde cada integrante entienda la importancia de su cooperación en la construcción de una alianza familia – colegio integral (1).
Una alianza familia-colegio positiva constituye una relación basada en el respeto y la confianza, en la que ambas partes reconocen el compromiso de corresponsabilidad y de trabajo conjunto que tienen frente al aprendizaje, desarrollo académico y socioemocional de los estudiantes. La alianza va más allá de las escuelas de padres o de familias, de la asistencia a reuniones y entrega de reportes, o del voluntariado en el colegio. Es un compromiso a largo plazo, que invita a estudiantes, docentes, directivos y familias a pensarse como comunidad, en la que todos aportan a la definición y desarrollo de los procesos de aprendizaje.
¿Qué características debe tener la alianza familia – colegio?
¿Cuáles son los beneficios de la alianza familia-colegio?
Al lograr tener una alianza familia colegio fuerte, dinámica y constructiva podremos influir de manera positiva en el desarrollo académico, socioemocional y afectivo de todos los estudiantes. Entre más interconectados estén los contextos donde se desarrollan las niñas, niños y adolescentes, mayor será el impacto positivo en su aprendizaje social y emocional.
Los beneficios del trabajo en conjunto entre familia y colegio se ven también reflejados en un mejor desempeño académico. Este tipo de trabajo colaborativo permite identificar factores de riesgo y protectores en cada estudiante. Cuando todos los miembros de la comunidad educativa están involucrados en este proceso, es posible disminuir los factores de riesgo, solucionar los conflictos de manera más oportuna y potenciar los factores protectores que tiene cada estudiante y sus familias.
Las familias participan de manera dinámica y varía dependiendo de la etapa del desarrollo, pero la constante es la necesidad de crear vínculos efectivos y afectivos que permitan lograr el máximo desarrollo de cada miembro de la familia.
¿Qué hemos aprendido de la alianza familia-colegio?
Durante la pandemia pudimos evidenciar de manera más fuerte la necesidad de construir una alianza familia- colegio sólida y robusta que nos permita superar retos tan grandes como los que vivimos en 2020 y 2021 y los retos que nos trajo volver a la presencialidad. Pero no solo nosotros identificamos esta necesidad, la comunidad internacional también entró a trabajar este tipo de relaciones y alianzas, donde grupos de investigación han centrado sus esfuerzos.
Uno de esos grupos de investigación es el Centro para la Educación Universal (CUE por sus siglas en inglés) de la Institución Brookings en Washington, Estados Unidos, la cual, en enero de 2020, lanzó un proyecto de investigación centrado en la participación, el involucramiento y el compromiso de la familia y de las madres y padres en la educación (2). A partir de esta iniciativa, en la que participan más de 41 organizaciones en 10 países (entre esas Red PaPaz), surgió la estrategia del manual colaborativo o playbook, cuyo objetivo es acercar a las familias y a la comunidad educativa para propiciar una conversación que fortalezca ese vínculo y genere una alianza familia-colegio.
Cuando ponemos a niñas, niños y adolescentes en el centro y trabajamos por un objetivo común, logramos que cada estudiante desarrolle al máximo sus capacidades. En el momento en que la familia comience a ser parte activa del desarrollo académico y socioemocional del estudiante, tendremos madres, padres y cuidadores orgullosos y motivados para acompañarlos y apoyarlos en su camino.
Hoy, después de pasar por una pandemia, al ver las necesidades de nuestras hijas, hijos y estudiantes desde otra óptica ¿cómo evalúan la alianza familia – colegio en sus instituciones educativas? y ¿cómo ven su compromiso parental?
Lo invitamos a consultar el Playbook de Brookings aquí
Referencias:
Karen L. Mapp, Eyal Bergman, Embracing a New Normal: Toward a More Liberatory Approach to Family Engagement; Carnegie Corporation of New York
Sheridan, S. The Tough Kid Teachers and Parents as Partners. Eugene, OR: Pacific Northwest Publishing; 2014.
Alcaldía de Bogotá, Corporación Colombiana de padres y madres-Red PaPa. Guía metodológica para el fortalecimiento de la alianza familia-escuela; 2018
Brookings, Alianza familia – colegio: un estudio para conocer las percepciones de familia y escuela; 2021
Blog escrito por: Adelaida Gómez Vergara – Gestora Regional Cesar de Red PaPaz
El trabajo conjunto familia-colegio beneficia a los estudiantes y, también, a los distintos integrantes de la comunidad educativa: madres, padres y cuidadores, al personal directivo, docente, administrativo y de servicios generales. Si hay bienestar en los adultos responsables del cuidado y protección de las niñas, niños y adolescentes se hace real la garantía del derecho a la educación en condiciones integrales.
Ahora bien, es un proceso que hay que construir cerrando las brechas que alejan a madres, padres y otros cuidadores del colegio. Bienvenidas las herramientas que está desarrollando Red PaPaz para propiciar alianzas reales.