En los últimos días, se ha venido hablando sobre la importancia de que la reforma tributaria propuesta por el actual gobierno haya incluido el impuesto a las bebidas ultraprocesadas endulzadas, una medida que protege la salud de niñas, niños y adolescentes, cierra las brechas sociales y mitiga el deterioro ambiental. Pese a que en diferentes medios de comunicación se difunden mitos sobre los supuestos impactos negativos de este impuesto, en realidad la evidencia científica libre de conflictos de interés respalda y sustenta las ventajas de esta medida.
El impuesto a las bebidas ultraprocesadas endulzadas no solo busca desincentivar su consumo con el fin de prevenir las enfermedades no transmisibles como la diabetes, sino que también busca reducir los costos de atención médica para los hogares y para el sistema. En efecto, según el Ministerio de Salud, en Colombia, las bebidas azucaradas como factor de riesgo son causantes del 13% de la mortalidad por diabetes y el 5% de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares(1).
Este impuesto es cada vez más urgente. Según la Encuesta Nacional de Salud Escolar (ENSE-2018), 9 de cada 10 escolares (86,9%) no cumplen con el requerimiento de consumo de frutas y verduras recomendado por la OMS, y el 74 % de los niños y jóvenes toman bebidas azucaradas o gaseosas una o más veces en el día(2). Asimismo, la evidencia científica establece que el consumo de azúcar que contienen estos productos afecta la salud ocasionando enfermedades como la diabetes, obesidad, cáncer y malnutrición. Las bebidas ultraprocesadas endulzadas, que incluyen edulcorantes como ingredientes, también afectan la digestión debido a que producen un desbalance de la microbiota intestinal, y en las niñas y niños presentan efectos negativos en sus procesos de aprendizaje y de memoria(3).
Sumado a lo anterior, una reducción en el consumo de este tipo de bebidas significa un trato más amigable con el planeta. Es importante aclarar que para que se produzca medio litro de gaseosa se necesitan alrededor de 309 litros de agua que, sumado a la contaminación producida por los envases plásticos, impactan negativamente el ambiente(4).
Es por esto que el impuesto a las bebidas ultraprocesadas endulzadas es una medida que mejora nuestra salud y la del planeta. Pero, ¿es cierto que quebrará tenderos o afectará el bolsillo de las poblaciones más desfavorecidas? Falso, este impuesto no acaba con las tiendas de barrio y es una medida que protege la salud y la economía de los hogares de bajos ingresos, ya que un aumento en el precio de estos productos hace que se reemplace su consumo hacia otros más saludables como el agua.
En el caso de México(5) y Berckley(6), luego de la implementación de esta medida se registró un aumento en el consumo de agua y productos saludables, de tal manera que su implementación se relaciona con una disminución de las ventas de bebidas azucaradas y con un aumento de las ventas de agua. En efecto, en Berkeley, un año después de implementado el impuesto, las ventas de bebidas azucaradas disminuyeron en un 9.6% y las ventas de agua envasada aumentaron 15.6%.
Adicionalmente, se debe aclarar que el consumo de bebidas ultraprocesadas endulzadas es más alto en los hogares de bajos ingresos, para quienes los costos de la enfermedad son mayores por los gastos en salud asociados. Por ese motivo, apoyar el impuesto no atenta contra la economía, sino que ayuda a luchar contra las desigualdades que se hacen evidentes en la malnutrición y problemas de salud de la población más pobre(7).
Así pues, no solo hay una robusta evidencia científica que ha demostrado que es una medida que funciona(8-9), sino que cada vez hay un mayor conocimiento colectivo sobre el tema. Por ejemplo, en una encuesta realizada en 2021 por Red PaPaz se encontró que el 64,4% de los encuestados está de acuerdo con el impuesto a las bebidas azucaradas y 62,2% está de acuerdo con el impuesto a las bebidas endulzadas. Este mismo estudio reveló que la mayor parte de los encuestados reconoce que las bebidas ultraprocesadas son dañinas para la salud y que el 78,7% considera que se deben implementar medidas para disminuir su consumo(10).
Esto refleja cómo cada vez es más conocido que apoyar el impuesto a las bebidas ultraprocesadas endulzadas se alinea con las decenas de publicaciones realizadas sobre el tema por reconocidos organismos internacionales como UNICEF(11), la FAO(12), la OMS(13), el Programa Mundial de Alimentos(14), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)(15), entre otras. Incluso a nivel nacional muchas organizaciones como FIAN Colombia, Dejusticia, la Red de Justicia Fiscal, la Fundación Anáas, Educar Consumidores, la Federación Médica Colombiana y la Asociación Colombiana de Salud Pública, así como diversos académicos de la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad de Antioquia, la Universidad de los Andes, la Pontificia Universidad Javeriana y la Red Académica por el Derecho Humano a la Alimentación y Nutrición Adecuadas, también han explicado los beneficios de esta medida y le exigen a los tomadores de decisión su implementación.
Finalmente, es importante resaltar que no cualquier impuesto funciona. Para que la medida logre cumplir con su objetivo, es necesario que el impuesto esté diseñado con criterios de salud pública sustentados en la evidencia sin conflicto de interés. Para Colombia, la evidencia señala que el impuesto debe ser del 24% o más para lograr reducciones superiores al 32% en su consumo(16-17).
Llegó el momento de que madres, padres, cuidadores y educadores hagan sentir su voz para que el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Salud y el Congreso de la República escuchen el clamor ciudadano y protejan nuestra salud y la del planeta.
Hoy más que nunca, familias, colegios y comunidades deben mantenerse informados, ayudar a despejar dudas, sumar apoyos y hacerlos visibles. Para esto, FIAN Colombia y Red PaPaz viene promoviendo una petición en línea disponible en www.villanabebidaendulzada.org que busca presionar al Estado Colombia a favor de esta medida.
Es urgente hacer visible que las voces que apoyan el #ImpuestoSaludableYa a las Bebidas ultraprocesadas endulzadas son muchas. Y usted, ¿ya mostró su apoyo? ¡Bienvenidas más ideas!
Escrito por: Martha Yaneth Sandoval Salazar
Miembro de la Red Académica por el Derecho Humano a la Alimentación y Nutrición Adecuadas (DHANA)
Referencias:
Me ayudan, por favor, a entender la diferencia entre bebida endulzada y bebida azucarada?
La industria interfiere no solo en el cambio de los hábitos de alimentación de los colombianos sino, también, en la toma de decisiones del legislativo con lobby y desinformación. Compartiré este blog con mi red personal para ayudar a hacer claridad en la importancia de este impuesto para nuestra salud y la salud de nuestro planeta.